Foro No. 4

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Nuevo proceso inflacionario

Venezuela transita hacia la crisis económica más grave de su historia El proceso infacionario en Venezuela es considerada la más grande del mundo con el 60% de inflación, ello implica la profundización de la pobreza extrema y deterioro de la calidad de vida. Sin embargo deviene nueva devaluación de la moneda que afectará no solo en los alimentos y rubros, sino a nuestros bolsillos directamente

Ante la situación de ingobernabilidad en la que transita el actual gobierno y siendo una de las banderas de Voluntad Popular la superación de la pobreza
Cuál seria su propuesta para #LaSalida de la crisis económica y política?

NUEVO PROCESO INFLACIONARIO:
El ministro Ramirez «una de las fórmulas que estaría estudiando el Gobierno y que han sugerido analistas consiste en eliminar del tipo de cambio oficial más bajo, de 6,3 bolívares por dólar, y sustituirlo por uno cercano a los 11 bolívares. Otra es acabar con las tasas de 6,3 bolívares y 11 bolívares y establecer un tipo de cambio de casi 50 bolívares por dólar» Leer más en: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/economia/ramirez-aboga-por-nuevo-sistema-cambiario-en-el-co.aspx#ixzz34oUmVugw

7 comentarios en “Foro No. 4

  1. Jorge Machado

    El proceso inflacionario del país es efecto del desastre económico de un modelo estatista que ha fracasado históricamente en todo el mundo. No hay forma que acabando con la inversión privada, golpeando la inversión extranjera, controlando desmedidamente todos los procesos de producción un país pueda generar riquezas. Es inevitable una nueva devaluación, no por una guerra económica o por alguna otra inversión gubernamental, sino por la nefasta política que ha llevado a uno de los países más ricos y promisorios de Latinoamérica a una situación tan lamentable.

    Entre las posibles salidas a esta crisis económica tenemos algunas propuestas concretas:
    1.- Utilización de los recursos petroleros para la reactivación del aparato productivo nacional.

    2.- Cese de dadivas a otros estados e inversión de esos recursos en un fondo para atención de la pobreza extrema.
    3.- Plan de formación y empleo en áreas técnicas que pueda a corto plazo fortalecer la mano de obra nacional.
    4.- Normalización de los aspectos jurídicos para proporcionar confianza a la inversión extranjera
    5.- Reducción del gasto fiscal a indices racionales
    6.- Plan de sinseración de la moneda nacional apoyado en planes sociales reales que logren equilibrar el valor de la moneda y no desatiendan a los más necesitados
    7.- Apertura política y económica, dándole un espacio real al diálogo, con metas concretas y un cronograma de cumplimiento y no un show mediático sin resultados, ni ninguna acción concreta.

    • gyldrey

      No soy economista, pero considero que deberían eliminar el control de cambio y dolarizar nuestra la moneda, ya que el bolívar ya no tiene prácticamente ningún valor ante el dolar.

  2. Desde que se instauró, de manera prácticamente permanente, el control de cambio estamos presos en nuestro propio país!
    Solo los venezolanos no podemos salir del país sin abastecernos previamente de moneda extranjera, todos los ciudadanos de los demás países del mundo salen con su moneda nacional en los bolsillos y la cambian libremente al llegar a destinación, al salir del país visitado pueden volver a cambiar – siempre libremente – el sobrante en moneda local.
    Esta convicción está basada en la falsa creencia de que nuestra economía esta blindada contra cualquier crisis; mientras que en realidad los que están encerrados en un blindado somos los venezolanos!
    Para entender el actual proceso inflacionario, es importante acotar que desde 1971 no existe moneda alguna en el mundo que puede ser convertida en «oro», el USD norteamericano ha sido la última moneda que tuvo esa prerrogativa.
    Esta situación implica repensar el rol del «sistema monetario internacional» y de las «reservas internacionales», que ahora tienen sentido solo si ayudan los ciudadanos venezolanos a resolver los problemas de abastecimiento y los compromisos que se tienen con los ciudadanos de otros países.
    Partiendo de estas premisas, entonces, el proceso inflacionario venezolano es completamente «endogeno» – esto es – fruto de nuestra propia política monetaria y fiscal … asì de sencillo, el gobierno – con la anuencia de las autoridades monetarias (BCV) – nos está emborrachando de Bolívares Fuertes (sic!), la evidencia empírica es la cantidad de billetes nuevos que pasan por nuestras manos cada vez que vamos al cajero o a retirar por taquilla … solo en las últimas semanas se ha notado cierto freno en ese sentido. La evidencia científica son los cálculos de los economistas que colocan la relación BsF/$ = 6/1 -o sea – la masa monetaria interna es seis veces mayor que el volumen de las reservas internacionales; considerando el calo de la producción y de la productividad nacional, la consecuencia inmediata es el alza de los precios internos a pesar de que los precios internacionales, muchas veces, tienen una tendencia a bajar … para muestra un botón: los precios de los carros o de algún producto electrónico.
    Entonces es técnicamente urgente subsanar – en el corto plazo – el desequilibrio interno entre «masa monetaria» y «disponibilidad de bienes transables»; esto significa que es necesario poner orden en la emisión de nueva moneda y estimular – al mismo tiempo – la reactivaciòn de la producción interna.
    Se está hablando de dolarizacion de la economía venezolana -esto es – que empecemos a utilizar directamente dolares, como hacen en Ecuador; esto significaría dividir por 6 todos los valores, pero -para no transformarse en una receta de «sangre, sudor y lagrimas» – se deben dividir por 6 absolutamente «TODOS LOS VALORES»: activos y pasivos, ingresos y gastos,…
    Entonces, todo lo producido por ingreso petrolero debe destinarse a cubrir los desfases que necesariamente se presentarán en los caso «más blindados» o sea que los que supuestamente estarían mas protegidos son los que van a pagar más este ajuste … para explicarnos: el salario mínimo de 4.250 BsF. se ubicaría en 708$, pero los precios subsidiados primero deben ajustarse a la realidad y luego ser dividido por 6 … conclusión (momentánea): a pesar de que es urgente reducir la masa monetaria, hay que pensarlo y estudiarlo bien y rápidamente.

  3. Tratando de precisar lo expuesto en mi primer comentario, a mi manera de ver, lo que indica Jorge Machado en su punto (3) copio: «Plan de formación y empleo en áreas técnicas que pueda a corto plazo fortalecer la mano de obra nacional» es lo primordial, porque esto nos permitiría recuperar la producción nacional, primero en volumen y luego con productividad, o sea, creando la posibilidad de competir en precios y calidad con los productos extranjeros. Pero, para hacer esto es necesario abandonar la falacia de que «somos todos iguales» y reintroducir un sano «reconocimiento al merito» que se traduce en escalafones de capacitación y en escalas remunerativas diferenciadas: a más méritos mayor remuneración, de esta manera transformaremos los «salarios mínimos» en «salarios dignos» y los «empleos» en «trabajos dignos» (como prescribe la OIT). Ojo! la diferenciación no puede ser aplicada a la seguridad social que debe tener una cobertura amplia para todas las personas en pro de «todos los derechos para todas las personas», esto constituiría las base de «igualdad de condiciones o oportunidades»; la diferenciación por merito premiaría solo el trabajo productivo realizado. Afortunadamente para eso tenemos la «renta petrolera». Naturalmente todo esto pasa por recuperar la calidad y competencia (saber hacer) del sistema educativo nacional, que actualmente está produciendo «analfabetas funcionales» con titulo … hasta universitario!!!

  4. Seguimos … en la medida en que aumenta la producción nacional se reduce el desequilibrio interno entre «masa monetaria» en circulación y «disponibilidad de bienes transables», por ende empieza a recuperarse el verdadero valor de la moneda y a estabilizarse los precios; todo esto se refleja en un aumento implícito del «salario real»- esto es – con el dinero disponible mensualmente lograremos cubrir más necesidades. Por ende, será menos traumatico y menos oneroso poner orden en la política monetaria y fiscal.

  5. Disculpen si sigo agregando comentarios, pero este es un tema que me preocupa y ocupa … quizás, también, por mi formación de economista.
    Quisiera desmontar el mito según el cual «un economista es un tipo que ocupa los primeros seis meses pronosticando y los otros seis meses explicando porque no se realizaron sus pronósticos» (sic!).
    En este comentario quiero aclarar por qué no estoy de acuerdo con la propuesta de la dolarizacion de nuestra economía.
    La moneda nacional – en nuestro caso el Bolívar – es uno de los símbolos de identidad de cualquier país del mundo, solo en el caso de una «unión monetaria» – como pasó con el EURO en Europa – es admisible el pase a una nueva unidad monetaria supra nacional, pero esos pases deben estudiarse bien y contar con el apoyo de todas las naciones involucradas; por eso que, en esos casos, se necesitan referéndum aprobatorios en todos los países que manifiestan la intención de pertenecer a la nueva organización monetaria. Además, es necesario establecer toda una serie de condiciones y de criterios, que necesariamente se deben que cumplir, para homogeneizar las economías de los distintos países.
    Este no es el caso de la dolarizacion propuesta para Venezuela, donde – para subsanar las debilidades del Bolívar – se quiere introducir la moneda de otro país: el Dolar norteamericano.
    La crisis internacional de 1971 – donde el Dolar perdió su convertibilidad en oro – sirvió, fundamentalmente, para sincerar la fortaleza de cada economía y establecer una relación directa entre el valor de la moneda nacional y el desempeño de la economía respectiva.
    Ahora el Dolar es una moneda más del sistema monetario internacional y debe continuamente sacar cuenta con el desempeño económico de los USA. Introducir el uso de esta moneda en Venezuela puede significar, de un lado, aprovechar las fortalezas de los USA pero, por otro lado, arrastrar sus problemas, como si los nuestros no fueran suficientemente graves.
    Hemos afirmado que el problema inflacionario venezolano es «endogeno» – esto es – completamente nuestro, generado por el desorden teórico y práctico con que se han tratado los asuntos económicos y específicamente monetarios. El BCV no puede ser la «caja chica» del gobierno de turno, su AUTONOMÍA está claramente establecida en la CONSTITUCIÓN (sic!); por el respeto a este principio el gran maestro Domingo Felipe Maza Zavala – siendo director del BCV – terminó peleado con el entonces presidente, que mandó a llenar la avenida Urdaneta de agricultores y campesinos molestos – con maquinarias y herramientas – para reclamar «un millardito de $ adicionales …»
    Ese evento emblemático marcó el inicio del uso discrecional de los recursos monetarios por parte del ejecutivo, que se propuso domesticar los directores del BCV, para que no se opusieran – con sanos argumentos teóricos – a sus desmanes populistas. Las consecuencias prácticas de este conflicto, ganado por el ejecutivo gracias a la anuencia de algunos economistas que, de un sol golpe, se olvidaron lo que habían aprendido y lo que enseñaban, están a la vista.
    Entonces, si nosotros los venezolanos fuimos capaces de montar todo este desbarajuste … nosotros mismos tenemos que arreglarlo, sin esperar en soluciones milagrosas como la fulana dolarizacion!
    Cómo se hace esto? Primero y principal, recuperando la AUTONOMÍA del BCV, esta vuelta a la separación de poderes – no solo en el área monetaria -es la clave para empezar a arreglar muchos de los entuertos que estamos padeciendo.

  6. Luis Useche

    EN SU 3er CONGRESO EL PSUV TIENE A VENEZUELA SUPER ENDEUDADA
    Luis Useche. Coordinador de Formación de Voluntad Popular Táchira.

    • Cada niño que nace en Venezuela viene con un sello: “Endeudado en socialismo”.
    • La combinación inflación-deuda, constituye el dúo del desastre.

    El saldo que arroja los 15 años de desgobierno del “socialismo del siglo XXI” en Venezuela es una calamidad. A pesar de los altos ingresos obtenidos por la venta del petróleo, el país presenta una economía devastada. El cierre de plantas industriales, ya sea por la carencia de materia prima e insumos para la producción, o por las desacertadas prácticas confiscatorias ejercidas por el Gobierno Nacional, con el disfraz de “expropiaciones por causa de utilidad pública”, o sencillamente, por el agotamiento de la paciencia de los industriales ante el permanente acoso gubernamental, ha traído como consecuencia que el anhelado sello “Hecho en Venezuela”, que por cierto, esté régimen ha querido trasmutar en “Hecho en Socialismo”, se haya quedado en una quimera. La verdad es que la producción nacional es la excepción, frente a la importación de productos de todo tipo, que se ha convertido en la norma.

    Estas políticas del PSUV traen como consecuencia que cada día dependamos más de las importaciones, las cuales, cuando se trata de materia prima y bienes de capital para la industria pueden impulsar la producción nacional; pero, ésta tampoco es la norma, sino la excepción. Las importaciones del país se vuelcan sobre los renglones de alimentos, medicamentos, piezas y repuestos para la movilidad vehicular, artefactos electrodomésticos y un etcétera de bienes de consumo.

    A pesar de que al país han ingresado más de mil millardos de dólares por nuestras importaciones petroleras, en paralelo, en este régimen del PSUV hemos vivido un alocado desenfreno fiscal, corrupción, despilfarro, desacertada planificación económica, errada definición de prioridades en el desarrollo económico y el desestimulo a la producción nacional, marcando la destrucción de nuestro aparato productivo, no como una consecuencia de este madejo de conductas inverosímiles, sino como una estrategia pensada, ejecutada y sostenida por los operadores de las instancias de decisión en lo económico-gubernamental.

    El resultado final ha sido llevar a Venezuela a su más comprometedora situación de deuda. En los años 30 del siglo XX, un tachirense, Juan Vicente Gómez, pagó hasta el último centavo de la deuda que Venezuela venía arrastrando desde la propia Guerra de Independencia. A lo largo de 70 años, los gobiernos de lo que los propagandistas del régimen actual han dado en llamar “la IV República”, adquirieron una deuda, que en algunos momentos llegó a ser llamada “escandalosa” por el orden de 28,4 millardos de dólares. Redondeando, casi 30 millardos de dólares. El PSUV ha llevado la deuda a casi 160 millardos en 15 años, es decir, ha incrementado la deuda en 130 millardos de dólares. Casi llega a 500% por ciento el incremento de la deuda en estos 15 años, es decir, cada 3 años, el régimen actual ha adquirido una deuda similar a la que los gobiernos anteriores adquirían cada 70 años. A esto hay que sumar los últimos “acuerdos” con China.

    Esto trae como consecuencia que de cada dólar que ingresa al país, 25 centavos aproximadamente, es decir un cuarto de dólar deba ser destinado al servicio de la deuda (pago de capital e intereses). Y lo más lamentable es que no se ven signos de rectificación, sino que sigue la regaladera de dinero, se incrementa la corrupción, siguen las políticas de destrucción de la economía, seguimos hipotecando al país.

    Cada niño que nace en Venezuela hoy en día ya viene, como si se tratara de un producto industrial, con un sello que dice “Endeudado en socialismo”. Si dejamos que las cosas sigan por el rumbo equivocado que han venido transitando, las nuevas generaciones mañana estarán recibiendo un país quebrado, hipotecado e inviable. Esto se oculta en el 3er Congreso. Ceguera y complicidad. Un Congreso de condotieros modernos.

    Lo peor de todo es que esta deuda “eterna” no será pagada por los asaltantes del erario público. Al final, serán –y son ya- los sectores populares los que pagan la deuda con el impuesto más aberrante y desigual: la irrefrenable inflación que se desata a tasas que ayer parecían inimaginables.

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